Aquí llego yo con la siguiente entrega de “Vacaciones de Cris y familia”. Esta vez trataremos el tema de los rescates en la nieve…
Todo ocurrió un soleado domingo de febrero… En realidad a mí no me pareció tan soleado, pero claro en el pueblo a 1400 metros estabamos cubiertos por la niebla y no se veía el cielo, mientras que en las pistas a 2300 metros tenían un solazo… Hacía frío eso sí, pero al menos brillaba el sol.
Ese domingo, aquí la menda no tuvo ganas de subir a esquiar. En su lugar, me quedé en casa y a media mañana me fui a las termas (Alpentherme) a nadar y de paso a pillarme unos esquís para los siguientes tres días. Era la primera vez que iba a las Alpentherme desde que voy a Leukerbad de vacaciones y debo decir que salvo por el hecho de que aquí tienen una piscina cubierta para nadar (aparte de los baños termales), prefiero el Burgerbad, que también son baños termales, pero es más grande y puedes pasar más tiempo en el agua arrugándote como una pasa… El balance de mis 10 largos en la piscina de las Alpentherme es que volví a casa hecha polvo como si me hubiera pasado el día esquiando, vamos…
Por la tarde tenía que ir a buscar los esquís y mi bota de esquiar, así que le pedí a Christoph que bajase para ayudarme (porque no es por nada pero los esquís pesan para cargar con ellos y yo no sé conducir cuando hay nieve). Mientras esperaba, después de comer, intenté leerme mi nuevo libro de ITIL* pero después de dos líneas me quedé dormida. A eso de las cuatro llegó Christoph contándonos su gran aventura del día:
Dominik y Christoph subían con el telesquí del Waldegg (En este dibujo interactivo es el telesquí que hace una esquina y que está justo al lado de los dos teleféricos) . Es un Bügellift que sube a través del bosque y está muy empinado. Un Bügellift es una especie de T invertida que empuja a dos esquiadores. El caso es que de la que subían, a falta de unos pocos metros para acabar el trayecto, ven que a un lado de la pista está una madre y su hija de 10 años, que parecía que se habían caído del telesquí (cosa, por cierto, bastante sencilla, sólo hace falta mover un esquí un poco y ya pierdes el equilibrio) y al menos la niña había perdido uno de los esquís. Nik y Chris pasaron de largo, pero luego pensaron que quizá deberían ayudarlas, porque solas no serían capaces de salir de allí, así que volvieron a bajar la pista y cogieron de nuevo el telesquí. Soltaron el Bügel algo más arriba de las accidentadas, donde el terreno era algo más propicio. Se quitaron los esquís y bajaron a pata hasta las dos mujeres. La niña parecía estar en shock porque no acababa de moverse y la madre supongo que se sentía un poco desbordada por la situación también. Dominik se encargó de recoger el esquí perdido, mientras Christoph intentaba sacar a madre e hija a través del bosque, pero la nieve era demasiado blanda, así que cuando volvió Dominik, decidieron subir por la pista del telesquí. Ellas iban delante sin esquís y Christoph y Dominik detrás cargando cada uno con un par de esquís. En dirección contraria venía el padre de la niña, que tampoco es que ayudara mucho, pero bueno… Cuando llegaron arriba, madre e hija se pusieron de nuevo los esquís y Chris y Nik hicieron lo mismo. Antes de marcharse las accidentadas les ofrecieron invitarles a tomar un café y ellos aceptaron… Así acaba la aventura de estas vacaciones. Evidentemente nos contaron la historia dos veces y, cuando dos días más tarde, Christoph y yo cogimos ese telesquí me fue explicando de nuevo la aventura in situ.
Dicho sea de paso, las condiciones para esquiar durante esta semana pasada fueron bastante malas. Apenas había nieve y era muy fácil toparse con placas de hielo, sobre las que resultaba bastante difícil frenar. Yo sólo subí dos días. El primero me dediqué a esquiar en la pista azul, que la gente conoce como Schwalbenest, pero que en realidad se llama Torrent (el telesquí) o Kumme (la pista). Es la más sencilla, aunque había muchos niños que son un peligro. Intenté practicar el carving, pero soy un poco patosa pa ello, necesito más práctica. El segundo día subimos con el telesquí, que la gente llama Torrent, pero que se llama Schwalbenest (no me preguntéis por qué la gente les cambia el nombre), hasta el principio de la pista negra, que en condiciones normales no me costaría ningún trabajo bajar, pero al tener más hielo que nieve, me caí un par de veces al no encontrar apoyo para frenar. El resto de la mañana la pasé por la pista azul esquivando aprendices de Snowboarder y niños esquiando como locos y después de comer nos encontramos con Dominik, que llevaba sus esquís de telemark, y Sabine. Con ellos bajamos hasta el telesquí de Waldegg. En el camino me pegué la gran leche de estas vacaciones, que me ha dejado tres moratones del tamaño de una manzana y otros tantos más pequeños repartidos por todas las piernas. El resto de las vacaciones lo pasé sin esquís, en casa leyendo o en el baño a remojo…
Más noticias sobre mis vacaciones en Leukerbad en próximas entregas de “Vacaciones de Cris y familia”.
Con esto y un bizcocho… Besos
Cris
* ITIL: Information Technologies Infrastructure Library