Cuentos de Halloween: La leyenda de Jack O’Lantern

Este fin de semana antes de entrar al cine tomandonos algo en All Bar One, Sam nos contó de dónde venía la tradicción de las calabazas de Halloween. Como esta noche es Halloween, ¿qué mejor momento para contarla que hoy? Aquí la tenéis:

«Cuenta una leyenda irlandesa que hace mucho, mucho tiempo existió un pérfido hombre sobre esta tierra que nada bueno hizo en su vida. Se dice que en determinado momento de su infame vida, el diablo fue a buscar su alma para llevárselo al infierno, puesto que había sido tremendamente malvado y le había llegado su hora. Jack of Lantern, granuja él hasta el último momento, le pidió al demonio un último deseo: Quiso ir a tomarse un último whisky antes de desaparecer de este mundo. El diablo, confiado, se compadeció de él y se lo permitió, pero Jack no tenía ni un penny y convenció al Lucifer, para que se convirtiese en una moneda para así poder pagar su trago. El demonio así lo hizo y Jack agarró la moneda y la metió en su monedero donde también había un crucifijo. El diablo quedó atrapado allí. Jack socarrón le dijo al maligno:
—¡Ajajá! Estás atrapado, te dejaré salir si prometes no volver antes de 10 años.
—Lo prometo, lo prometo —gritó el diablo enfadado.

Así pues Jack pudo seguir con su despreciable vida durante 10 años más, pero pasado ese tiempo el diablo volvió a reclamar su alma.
—Jack, los 10 años han pasado y tienes que venir conmigo, puesto que nada bueno has hecho en tu vida —le dijo el diablo.
—¡Oh, sí, claro! Como pasa el tiempo —comentó O’Lantern—. Pero déjame antes de marcharme comerme una manzana de ese árbol de ahí.
Jack era demasiado pequeño y no llegaba a las ramas, así que suplicó al demonio que le ayudara. Éste subió al árbol y Jack veloz como un rayo, sacó su cuchillo y talló una cruz en el árbol, de modo que el diablo quedó atrapado de nuevo.
—Prométeme que no volverás nunca a buscarme y te ayudaré a escapar del manzano —exigió el hombre.
—Como quieras —le dijo el demonio—. Mas ten presente lo siguiente. No vivirás eternamente. Cuando mueras, no vengas a picar a mi casa porque no serás bienvenido.

Años más tarde, acaeció que el cuerpo de Jack of Lantern se cansó y murió. Su alma salió de su cuerpo y no sabiendo a donde ir, subió al cielo y picó a la puerta. San Pedro, al verlo, quedó sorprendido y le echó de allí, pues no eran bienvenidas allí las almas de aquellos que tanto mal habían causado como la de Jack. Anduvo en la oscuridad durante mucho tiempo, hasta llegar a la puerta del infierno. Confiado llamó. El diablo le recibió malhumorado.
—¿Qué vienes a hacer aquí? —le preguntó—. Te advertí que no vinieras pues aquí no serás recibido. Tendrás que vagar por esa oscuridad por el resto de la eternidad.
—Ten piedad de mí, diablo —pidió Jack, mientras comía una calabaza—. Aquí afuera hace frío y está oscuro. ¿No podrías ayudarme? Dame una luz para guiar mis pasos.
El diablo se acercó a las llamas del infierno y cogió un trozo de carbón ardiendo y se lo tiró a Jack.
—Arréglatelas con eso —dijo el demonio—. Y no vuelvas a molestarme jamás.

El trozo de turba ardiendo cayó por casualidad en el agujero que Jack había hecho en la calabaza que se estaba comiendo. Y así con esa luz vagará Jack por la oscuridad para toda la eternidad.
No es que el resto de los mortales envidiasen de alguna forma la suerte que Jack O’Lantern corrió, mas se derivó de estos hechos en las creencias de los más viejos, que un trozo de carbón ardiendo dentro de una calabaza podía espantar al diablo, y por tanto, al resto de espíritus malignos».

En la leyenda original, Jack tenía un nabo, pero los inmigrantes irlandeses que llevaron esta historia a América, cambiaron el nabo por la calabaza, hortaliza ésta más común en su nuevo hogar. Como último punto comentar que Lantern en inglés significa linterna o farol.

Con esto y un bizcocho… Happy Halloween!
Cris

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