Siempre me han gustado las estrellas, pero soy demasiado vaga para preocuparme por investigar para saber qué es lo que veo cuando alzo los ojos hacia el cielo en una noche estrellada… La semana pasada Ita me despertó de nuevo la curiosidad por la astronomía… xD
Ayer Taty y Christian nos invitaron a su casa a degustar el famoso pollo Pugliese, que por cierto estaba de muerte. A la vuelta a casa a eso de las 11 y pico por el camino-atajo de cabras sin luces que une nuestras viviendas me dio por mirar al cielo y pensando en Ita, me dije: “¿Qué estrellas se verán bien desde aquí que está todo oscuro?”. Y entonces la vi. Allí estaba. El carro de la Osa Mayor. Toda emocionada le pregunto a mi novio si él también la ve y sólo me contesta que hace frío y se quiere ir a casa 🙁 Al menos, hoy Klaudio, al que le interesa la astronomía, me ha escuchado y me ha dicho que en los Alpes se puede ver la constelación entera. Creo que el próximo verano probaré a tumbarme sobre la hierba y mirar al cielo durante una noche clara, cuando nos vayamos de monte ^___^
Ayer también le dije a Javi que le robaría ese último y maravilloso relato que ha colgado en su blog, pero después de pasarme hoy y ver que tenía 14 comentarios, creo que no necesita publicidad. Me hizo gracia ayudarle a buscar cuentos infantiles. Siempre me han gustado y cada vez que leo de nuevo los cuentos de los hermanos Grimm o de Hans Christian Andersen me vuelvo nostálgica y me gustaría volver a mi infancia… Pero sobre todo hay uno que me gusta mucho y me parece divertido: El gallo Kirico
—¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto? —gritó el gallo.
Y el gusanito contestaba:
—¡En la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Voy a seguir con lo mío 😛
Con esto y un bizcocho… Besos
Cris
PD: Y edito… Cambio la canción por algo más apropiado. Si la ventanita pequeña de La Gramola no se actualiza, que sepáis que estáis escuchando la versión original de “Llamando a la Tierra” 😛