It’s about time I tell you something new…
Érase una vez un despertador que murió a golpes a las cinco de la mañana del día 27 de mayo del 2006 (justo el día del cumpleaños de mi buen amigo Hermes y mi apreciado Jamie Oliver)… El cuerpo del delito, la palma de mi mano, no fue encontrado culpable hasta que 8 minutos más tarde la emprendiera de nuevo a tortazos con el moribundo… Esta acción se repite aproximadamente 5 veces hasta que me doy cuenta de que se me hace tarde para ducharme y lavarme el pelo 😛 Entonces, sólo entonces, dejo tranquilo al pobre despertador de Oregon Scientific y como una zombie me dedico a mis quehaceres no-diarios para irme de fin de semana a dormir con las cabras del Ticino.
A las 7:04 sale el tren, que haciendo diversas paradas, recogerá por el camino al resto de la panda de Dulliken: Martin y Christin Hunn se suben en Olten (a media hora de Basel), Migge y su novia Andrea lo cogen en Arth-Goldau (a casi 2 horas de Basel). A Lugano llegamos a eso de las 12 y nos tomamos nuestro tiempo para el aperitivo, las Pringles (en la mochila de Migge hay sitio pa todo) y el vinito. Luego nos vamos de compras… Vamos a comprar la comida… Entre los Hunn y Chris y yo nos compramos queso y jamón en plan Delicatessen y junto a Migge y Andrea, que se traían la comida en la mochila (¿que os dije sobre la mochila de Migge?), nos fuimos al lado del lago a comer. Eran las 14:12 cuando cogíamos el tren pa una parada que nos llevó al Postauto, o sea, el autobus que nos llevó al pueblo este con nombre raro que nunca recuerdo correctamente, Miglieglia. De ahí hasta el monte Lema nos separaron 15 minutos de teleférico. El sol, que por la mañana parecía que no tenía muchas ganas de mostrar la cara, nos sacó la lengua a lo descarao según llegamos arriba y, para cuando nos fuimos a dar un paseín de una horilla por los alrededores, cascaba de lo lindo… Por la noche en el hotel Andrea se nos puso malita con migraña, lo que auguraba que al día siguiente seríamos sólo cuatro de camino hacia el monte Tamaro…
Efectivamente, por la mañana Andrea estaba mejor, pero no como para andar cinco horas entre montañas, mosquitos, escarabajos (que volaban pero no precisamente al atardecer ¬¬) y demás fauna ticinesa. Así a eso de las 10 los Hunn, Christoph y yo emprendimos camino hacia el monte Tamaro… La meta era comer en la cima del monte… ejem… Las vistas eran preciosas. De un lado se veía el Tesino, del otro estaba ya Italia. Había zonas del bosque italiano, que me recordaban a “Corazón de Tinta” y Capricorn ^_^ Es que soy muy peliculera, más bien librera. A medio camino hicimos una paradilla para… ¿cómo decirlo de manera fisna? Para desbeber en un agujero y descubrir el verdadero significado del término “self-service” (ver fotos). Las dos primeras cuestas del día casi acaban conmigo, pero cuando vi la subida al monte Tamaro, supe que no lo sobreviviría xDD No sé qué clase de pendiente tendría, pero al día siguiente mis musculos de las pantorrillas estaban tan entumecidos que apenas podía subir una escalera sin sentirlos… Aún hoy tengo agujetas en las piernas xD Allá arriba comimos tranquilamente, o casi… porque si queríamos coger el tren a las 15:27 teníamos que darnos prisa y eso hicimos. Christin parecía que tenía motor e iba varios metros por delante. Cuando el camino se ensanchó, la distancia aumentó O.O Su marido lo pasó pipa con la nieve que aún quedaba. Intentó por todos los medios darle a ella con una bola; al final no lo consiguió, pero lo que nos pudimos reír…
El tren lo cogimos sin problemas, aunque nos costó encontrar sitio para los cuatro. Justo detrás de Christoph al otro lado del pasillo viajaba un pariente cercano del Orangután. Christin y yo decíamos que era una niña, Christoph se empeñó en decir que era más bien un chico por como la trataban los demás… Me da igual. Pa mí era una chica. No paraba quieta y no hacía más que colgarse de la estanteria para las maletas, hasta llegó a sentarse allá arriba O.O Llevaba con ella una ballesta rudimentaria hecha, probablemente, en un campamento o algo parecido. Era super chula. Al cruzar el San Gotardo empezó a llover, todo un shock después de venir del sol y tener un calor horroroso tras el Wanderung¹. La niña y el resto de niños con sus madres se bajaron en Arth-Goldau, así que se nos acabó la diversión xDD
En definitiva, el fin de semana estuvo bien, pero casi acaba conmigo y Christoph ya está planificando nuestra próxima aventura 😛 El domingo nos vamos a Ginebra de acampada con los Hunn… El viernes Chris va a buscar la tienda de campana de su hermana y el sábado nos compraremos los sacos de dormir… Ya os contaré ¬¬
Por último… ¡¡GRAN NOVEDAD!! Tengo ordenador portatil. Lo fui a buscar ayer (comprado por eBay). No es muy bueno, pero me servirá hasta fin de año cuando pueda comprarme uno nuevo chachiguaydelparaguay… ¡Qué contenta estoy! ^_^
Con esto y un bizcocho… Muchos besos
Cris
PS: ¡Ah! El viernes voy a ver “X-Men: The Last Stand”. La semana que viene colgaré mi crítica de la peli y de paso cambiaré la música que hoy no tengo ni idea de qué poner.
¹ Wanderung: excursión o algo parecido en alemán. Como no encuentro una buena palabra en español que defina lo mismo que Wanderung, siempre la utilizo para referirme a ir de monte a hacer senderismo.