[Día 20, 21 y 22] – Una canción que escucho cuando estoy…

Enfadada, contenta, triste…

Soy, en general, una oyente poco temperamental. Sí que escucho música dependiendo de mi estado de ánimo, pero la misma canción puedo escucharla estando triste, contenta o muy, muy cabreada (aunque pensándolo bien, cuando estoy enfadada, no escucho música), así que voy a obviar estos tres días y contaros en su lugar lo que hice el fin de semana xD

El viernes Janis se vino a dormir con nosotros y al día siguiente quedamos con Isabelle, Roger y Lana en Brugg para ir a recoger “El Camino de los Legionarios”. Resulta que en Windisch, al lado de Brugg, hace unos años (más bien hará un siglo ya, pero bueno) encontraron muchas ruinas de asentamientos romanos, y descubrieron que se trataba de un antiguo campo de legionarios, así que han hecho un camino temático. Al principio a los niños les dan una mochila de legionario con un mapa, una baraja de cartas donde te dan información y te hacen preguntas, un papel para rascar las contestaciones, un pasaporte con una personalidad romana, una regla y una botellita de agua. Mi nombre para el día fue Quintus xDD

Había dos pruebas que completar: una era solucionar una adivinanza, que consistía en encontrar las tres palabras que faltaban de un texto. El texto a su vez te diría cuál es tu tarea final, que consistía en coger agua en la botellita y llevarla a la meta, ¡chachi!. La otra prueba consistía en contestar a las preguntas. Al final, del camino según cuantas preguntas acertases subirías de grado en el ejercito romano.

La idea es buena, pero tres horas de andar palante y patrás me parecieron demasiado. Acabé hecha polvo, no sé cómo acabarían los niños la verdad, pero Janis se fue a la cama en cuanto llegamos a casa y quedó sopa 😛

Al día siguiente, fuimos a Silberweide cerca del Greifensee, cerca de Zürich. Es un sitio para hacer picknick, ideal pa los críos. Yo me llevé mi libro y allí estuve conectando y desconectando de vez en cuando de las conversaciones de los adultos. Después de comer y de vaguear un poco al sol, nos fuimos a cazar tesoros, con tan mala suerte de que el primero que buscamos no lo encontramos y tanto niños como adultos estaban super decepcionados. Al final, buscamos otro que estaba un poquito más lejos, como a 15 minutos a pata y lo encontramos despues de pasar 10 minutos dando vueltas. Lo malo es que la caja del cache estaba rodeada de hormigas, ¡puagh! Pero nada, el tesoro nos lo llevamos a casa… Las hormigas no pudieron detenernos 😛 La mayor decepción del día, aparte del tesoro no encontrado, es que no nos dio tiempo para ir a la piscina 🙁 De todas formas, fue un buen fin de semana.

Y ahora, niñas y niños, me voy pa casa, a ver si de esta soy capaz de ir a nadar/correr, porque llevo dos días que el universo entero conspira para que no haga deporte ¬¬

Con esto y un bizcocho… Besos
Cris

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *